Las plantas de reciclaje animal brasileñass producen anualmente 3,8 millones de toneladas de harinas animales (HA) y 2,1 millones de toneladas de grasas animales (GA). Su uso en piensos para animales no rumiantes ofrece:

• Sustitución de fósforo 100% inorgánico.
• Reducción del 50% en calcio inorgánico.
• Menor inclusión de fuentes vegetales de proteína y aceite.
• Mejora de la palatabilidad y estabilidad física del pienso.

Además, las «HA» y las GAs reducen el costo de la alimentación. Con inclusiones típicas del 5 al 8%, los costos de los piensos disminuyen entre un 3 y un 5%, lo que resulta en una producción de carne más barata sin comprometer el valor nutricional. Los alimentos representan el 75% de los costes de producción de carne, lo que significa que la cría de animales contribuye significativamente a una producción de alimentos asequible y sostenible.

El reciclaje también tiene beneficios indirectos:

• Evita el uso de fosfatos no renovables.
• Reduce la huella de carbono de los piensos y la carne producida por estos animales.
• Apoya la bioeconomía circular, «cerrando el círculo» en la cadena de producción de carne.
• Permite que las mascotas y los animales no rumiantes tengan una dieta más acorde con sus necesidades nutricionales naturales.
• Reduce los casos de picoteo de plumas en las aves, especialmente en las gallinas ponedoras.
• Beneficia a las especies que requieren colesterol en sus dietas, debido al colesterol naturalmente presente en los ingredientes de origen animal.

Las plantas de reciclaje animal brasileñas procesan aproximadamente 14 millones de toneladas de subproductos de matanza y desechos animales por año. A través del reciclaje, cerca de 6 millones de m3 de agua se evaporan, condensan, tratan y se devuelven de forma segura a la naturaleza.
Sin el reciclaje, el lodo resultante de la descomposición de estos materiales contaminaría los vertederos y las aguas subterráneas con el tiempo.

6 millones de m3 equivalen a 2.500 piscinas olímpicas al año

Las plantas de reciclaje animal brasileñas producen cerca de 2,5 millones de m3 de grasas por año, casi la mitad de las cuales se utiliza para producir energía más limpia. Entre 2017 y 2024, se utilizaron aproximadamente 7 mil millones de litros de materia prima a base de grasa en la producción de biocombustibles, evitando el uso de combustibles fósiles y reduciendo las emisiones de CO₂.

Las plantas de reciclaje animal brasileñas también recolectan carne sobrante de carnicerías y pescaderías a diario, operando una flota de camiones en más de 2.300 municipios. Esto evita que los nutrientes valiosos se conviertan en desechos urbanos y, en cambio, los convierte en ingredientes nutritivos para la alimentación animal.

La transformación de los subproductos animales en ingredientes seguros, nutritivos y asequibles para los alimentos contribuye directamente al ODS 2 de la ONU: Fome Zero (Hambre Cero). Este objetivo busca erradicar el hambre, mejorar la seguridad alimentaria mundial, promover una nutrición adecuada y fomentar la agricultura sostenible. Al abordar la Meta 2.4, el reciclaje animal apoya los sistemas de producción de alimentos sostenibles y las prácticas ganaderas resilientes a través de:

1. Maximizacióm de la eficiencia de los recursos
2. Mayor resiliencia agrícola
3. Proteger los ecosistemas y la calidad del suelo
4. Oferta de nutrición asequible

A través del reciclaje de subproductos y desechos animales, el reciclaje reduce los desechos, fortalece las prácticas agrícolas y promueve el uso sostenible de los recursos.

El reciclaje animal contribuye a la gestión sostenible del agua y el saneamiento, en línea con la Meta 6.3, que busca mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación, la eliminación inadecuada, minimizando las sustancias peligrosas y fomentando el reciclaje. La reproducción animal contribuye a este objetivo al:

1. Prevenir la contaminación del agua
2. Proteger suelos y aguas subterráneas
3. Reducir aguas residuales no tratadas
4. Recuperar y reciclar el agua
5. Minimizar productos químicos y materiales peligrosos.

Al garantizar una gestión responsable de los subproductos y desechos animales, el reciclaje transforma los desafíos ambientales en soluciones, ayudando a proteger los ecosistemas acuáticos y terrestres.

El reciclaje animal transforma los tejidos animales en grasas, que sirven como materia prima para biocombustibles como el biodiésel, el combustible de aviación sostenible y el diésel renovable. Esto apoya directamente la Meta 7.2 al aumentar la participación de la energía renovable en la combinación global, reducir la dependencia de los combustibles fósiles y disminuir las emisiones de CO₂ por:

1. Producir materia prima renovable.
2. Reducir la huella de carbono.
3. Ampliar la participación de las energías renovables en la combinación energética mundial.
4. Mejorar la seguridad energética y la accesibilidad.

Al convertir los residuos potencialmente contaminantes en recursos valiosos para la producción de energía renovable, el reciclaje animal contribuye a un futuro sostenible.

El reciclaje garantiza que los productos de origen animal que no se venden en carnicerías y supermercados, como huesos, carne caducada y tendones, no se eliminen en vertederos. El sector recoge estos materiales, transformándolos en ingredientes sostenibles y nutritivos. Apoyado por la Meta 11.3, que se centra en la urbanización sostenible y la gestión integrada de los recursos, el reciclaje animal:

1. Reduce los residuos urbanos;
2. Promueve el uso sostenible de los recursos;
3. Minimiza el impacto ambiental de las ciudades.

Al disminuir el uso de vertederos y promover prácticas de bioeconomía circular, el reciclaje animal desempeña un papel vital en la construcción de ciudades resilientes y respetuosas con el medio ambiente.